El imperialismo racial y demográfico

¿Qué relación guarda, la homosexualidad, el aborto, la anticoncepción, la política de género, el medio ambiente con el nuevo imperialismo racial y demográfico?.
Se inicia obligatoriamente por definir- ¿qué es el imperialismo racial?- quizás para muchos es de extrañar porque se ha hecho creer que ese término ya fue abolido al igual que la esclavitud. Pero lamentablemente muchos de nosotros somos participes, colaboradores, promotores, reproductores, o cómplices de ese imperialismo racial. El fascismo, el nazismo y el comunismo soviético son ejemplos perfectos de totalitarismos. En estos tres casos, el Estado transciende al ciudadano; es el enemigo del yo en todas sus dimensiones: física, psicológica y espiritual (Sobre el totalitarismo, véase, de Jean-Jacques Walter, "Les machines totalitaires", Parí, Denoel, 1982; de Igor Chafarevitch, Le phénomene socialiste, París, Seuil, 1977; de Hannah Arendt, The origins of totalitarianism, Nueva York, Meridian Books, 1959). Más concretamente, la familia queda sometida a una vigilancia particular, pues en ella es donde se forman las bases de la personalidad del niño. El Estado totalitario que conocemos en la historia actual se esfuerza, pues, en sustraer al niño de la influencia familiar y le proporciona una educación integral. Este Estado inhibe la capacidad personal de juicio y de decisión; instaura una policía de ideas; culpabiliza y adoctrina, desprograma y reprograma. Impone una nueva ideología, organiza el culto del jefe e instituye una nueva religión civil. (tomado de Vida Humana Internacional).

El imperio que crearon Mussolini, Stalin o Hitler queda sorprendentemente pequeño ante el naciente imperio demográfico, no proviene de un Estado particular, ni de una coalición sino de una clase que brota del consenso establecido. Lo terrible es que no es visible, su lenguaje es impersonal, secreto inclusive anónimo. Su fundamento es la demografía y se crearon “alertas mundiales” para hacernos creer que existe sobrepoblación. Se dice, entre mas población más pobreza, su eslogan favorito de esta clase. Para dominar a la tierra se debe dominar al hombre, pero ya no se necesita el imperio militar sino la dominación de su “cuerpo” “alma” y de su “espiritualidad” a través de un adoctrinamiento ideológico. La ideología esconde siempre los intereses de sus autores. Esta ideología necesariamente pasa por la que se conoce como “seguridad demográfica” y utiliza los mecanismo más eficaces tales como: lo político, económico, científico, jurídicos y tecnológicos, para expandirse y legitimarse, esta clase minoritaria dominante, financia las investigaciones científicas sobre reproducción, fecundidad y demografía. Su programa es conciso: a) escasez de materia prima; b) fragilidad del medio ambiente. Así las universidades y los medios de comunicación serán “repetidores” de ese imperio.
Por tanto se pretende crear “al hombre nuevo” que soñó Hitler, exterminando al resto que estorba para mantener sus riquezas, esa minoría está compuesta por “personas con recursos”, se arroga esta minoría la titularidad de “regente” del mundo. En una obra publicada en 1970, Zbigniev Brzezinski había ya atraído la atención sobre el tema. La crisis petrolífera de 1973 juega el papel de un catalizador: si los países productores de petróleo pueden organizarse y amenazar las bases de la economía de los países industrializados, ¿qué ocurrirá si los países pobres productores de materias primas deciden ponerse de acuerdo e imponer sus condiciones a los países ricos? (Extracto de VHI).
Si controlas el petróleo controlas las Naciones si controlas los alimentos controlas los pueblos, así pues para esta clase imperial, es necesario controlar directamente al hombre, lo que produce en la tierra y el mar, y lo que procrea, “niños”. Por tanto si se “reprograma” al hombre diciéndole entre más hijos más pobre, dejará de tener hijos por buscar bienestar. Si además “exalto y promuevo” la separación conyugal para separar la familia, esta como garantía de la enseñanza en valores humanos y morales, se garantiza menos hijos, y se agrego una “liberta sexual” sin responsabilidades basada únicamente en el hedonismo, garantizo menos población, pues las uniones de homosexuales y lesbianas no pueden procrear.
Por tanto la agenda gay, el aborto, el género, no es más que un instrumento que utiliza esta clase imperial para garantizar su subsistencia y reducir la población, la clase dominante transnacional, los utiliza para mantener sus comodidades, lujos y excentricidades. Menos población más riqueza acumulada, no para todos sino sólo para esa clase, que además de imperial, es criminalmente racial.
Jessica López Mendoza

Asociación Humane Vitae

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