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Mostrando entradas de abril, 2018

El don de la pobreza. Segunda parte.

Algunos episodios de nuestra vida, pueden contribuir al deseo del don de la pobreza. No te sientas mal por algunos arranques de egoísmo puro que deja la adolescencia cuando se adquiere madurez, y se sabe con certeza que posición económica se tiene, y de repente pretendemos subir la nariz, para ver a tu prójimo de reojo pero que así para en este periodo casi a todos los adolescentes nos sucede. El error de contaminar a los hijos en ese periodo es una falta de mano dura de los padres que no reprenden tal accionar. En mi caso tuve la bendición de que mi padre me enseñara la sencillez y aprender a convivir con los sencillos. Hemos de advertir que si has nacido en una familia de abundancia deja todo poco a poco y pide esa gracia temprano para que cuando seas adulto no llores por las cosas sencillas. Entonces mi Señor me empezó a probar de pequeña y la enfermedad te vuelve indefenso, o tienes dos opciones vivir renegando de ella y amargarte o llevarla con alegría y con mucha altura. No ha

El don de la pobreza. Un misterio que nos vuelve ricos.

Primera Parte. Sencillez y austeridad.  La pobreza, entendida como el despojamiento de riquezas o tesoros, esto no se logra si realmente hay riqueza material. Este don viene dado por el Señor Jesús a quienes lo pidan, el deshacernos de cosas materiales nos llevará pronto a aborrecer los pecados obviamente mortales y por tanto veniales.  La enfermedad es un elemento fundamental que contribuye a la pobreza interior, la mortificación al ego personal que nos hace vernos inútiles para sostenerse por sí solos, nos ayuda a valorar lo importante y no lo material. Teresa de Jesús nos enseña, que por mucho que nos esforcemos por muy buena intención que tengamos, este don viene de Dios,  es un regalo de Dios, en el caso de ella explica que el don de la Oración es una dádiva, no algo logrado por sí sola, así mismo opera el don de la pobreza. Es el mismo Dios que desea fervientemente dar este don. Sin embargo no es algo que el hombre desee, por naturaleza lo rechaza, por la influencia