El don de la pobreza. Segunda parte.
Algunos episodios de nuestra vida, pueden contribuir al deseo del don de la pobreza. No te sientas mal por algunos arranques de egoísmo puro que deja la adolescencia cuando se adquiere madurez, y se sabe con certeza que posición económica se tiene, y de repente pretendemos subir la nariz, para ver a tu prójimo de reojo pero que así para en este periodo casi a todos los adolescentes nos sucede. El error de contaminar a los hijos en ese periodo es una falta de mano dura de los padres que no reprenden tal accionar. En mi caso tuve la bendición de que mi padre me enseñara la sencillez y aprender a convivir con los sencillos. Hemos de advertir que si has nacido en una familia de abundancia deja todo poco a poco y pide esa gracia temprano para que cuando seas adulto no llores por las cosas sencillas. Entonces mi Señor me empezó a probar de pequeña y la enfermedad te vuelve indefenso, o tienes dos opciones vivir renegando de ella y amargarte o llevarla con alegría y con mucha altura. No ha